
El travestismo se hunde con fuerza en el seno de la cultura occidental, recordemos por ejemplo el caso de Chevalier d´Eon o de la Monja Alférez que parte de su vida la vivieron vestidos con ropas del otro sexo. Pero no vamos a hablar de estos casos, vamos a referirnos a las personas que adoptan ropas del otro sexo porque les estimula, se sienten bien, sin ser por ello homosexuales… en el menor de los casos.
El travestismo es un sustantivo usado para referirse en su mayoría a personas de sexo masculino que ocasionalmente adoptan los modismos culturales (maquillaje, vestimenta, gestos, forma de hablar) que convencionalmente se le asignan al sexo contrario.
Esto puede estar relacionado o no con la identidad sexual. Muchas culturas incluyen esta práctica como una expresión artística, como es el caso de los onnagatas del teatro kabuki japonés, o los actores masculinos que representaban roles femeninos en la ópera tradicional china, así como también se acostumbraba en el antiguo teatro de algunos países de Europa.
